quarta-feira, 20 de julho de 2016

La Narrativa como Herramienta para el Aprendizaje

Es evidente que actualmente la enseñanza tradicional / teórica – enseñanza esta estructurada en la memorización, con foco exclusivo en aprobación y no en el aprender – vine perdiendo espacio para equipamientos más atractivos y dinámicos, entonces, ¿por qué no aprovechar la estructuración de estos mecanismos en el aula? Si analizamos, estas distracciones, tienen como base la narrativa, para crear un contexto y fidelizar la atención de niños y adolescentes, ojo, en juegos de videojuego, historias son contadas en formato de misión a ser cumplida; en redes sociales seguimos el desarrollo de la vida de nuestros amigos; en series, músicas el mismo sucede, es decir, una trama es elaborada con el intuito de fidelizar el público llave, y este se encanta con los acontecimientos y tiene satisfacción, hasta mismo un poco de ansiedad, para querer descubrir el desarrollo de la historia.
Es preciso ser creado un vínculo “fidelizante” con el contenido a ser trabajado, para que este haga parte de la vivencia del alumno, puesto es así que el mismo tendrá ganas de aprender y este aprendizaje tendrá, de esta forma, significado para el estudiante. 
Larrosa (2004) afirma que la experiencia auténtica es aquella que nos pasa, nos traspasa y nos trasforma (entendamos en este momento experiencia auténtica como experiencia significativa, de este modo, experiencia que no será fácilmente olvidada, una vez que algún tipo de vínculo haya sido creado con el individuo en cuestión).   
Esta transformación no cabe apenas a los alumnos, sino que a todo el grupo docente, pues la investigación narrativa no permite reflejar sobre nuestra propia práctica pedagógica y al mismo tiempo enriquecerla.
La apertura proporcionada por la investigación narrativa, nos permite captar las interacciones (sencillas o complejas) de nuestro público llave y, a partir de su respuesta, repensar nuestra práctica educativa, es decir, el docente puede comprender el contenido de sus propios argumentos, a través de la charla del alumnado; recordar sus experiencias y tomar consciencia de su aprendizaje, transformándose así en un profesional mejor; un profesional atento a la verificación de la absorción del que el mismo esté pasando dentro del aula y no solo un profesional cuya responsabilidad es finalizar el contenido propuesto para aquel período. 
Así como al cuerpo discente que se sentirá como parte actuante en la construcción del contenido presentado, pues la investigación narrativa cuenta, a todo momento, con la participación activa del alumnado durante la realización de los ejercicios, sea por intermedio de relatos, interpretaciones, construcciones de raciocinio durante la lectura de imágenes y testimonios abiertos. De esta forma, vínculos son creados entre alumnos/ alumno – profesor/ profesor – alumno/ alumno – contenido tornando el aprendizaje más satisfactorio, más claro a todos y, principalmente, más eficiente y duradero.

Esta reflexión sobre la práctica narrativa y la significación, permite reconstruir, fortalecer y crear nuevos conocimientos, tornando el poder argumentativo de los alumnos más interesantes a cada clase, así como mejorando la calidad del estudio y del aprendizaje de los niños.